¿Qué es la pintura al fresco?
Un fresco es una pintura realizada sobre una superficie cubierta con una delgada y suave capa de yeso, en la cual se va aplicando cal apagada y cuando la última capa está todavía húmeda, se trabaja (se pinta o se esgrafía) sobre ella, de ahí su nombre.
El fresco se ejecuta en jornadas de trabajo de 8 horas, ya que la cal en un periodo de 24 horas comienza su proceso de secado y no admite más pigmentos. Por ello algunos acabados se realizaban en seco, con temples decir, aglutinados con cola. A esa técnica se la conoce como fresco seco.
¿Dónde se aplica?
Se denomina pintura al fresco la que se aplica sobre
una pared preparada con un enlucido todavía húmedo
y diluidos los colores con agua pura. El
procedimiento del fresco se basa en aprovechar la
propiedad que posee la cal de formar, unida a la
arena y al agua, una capa en cuya superficie penetran
los colores, y al secarse, quedan fijados volviéndose
insolubles al agua. En el renacimiento este proceso
era conocido como “buon fresco”, o “a la italiana”
para diferenciarlo del “fresco secco” que se realizaba
sobre el enlucido seco. En el “buon fresco”, se aplica
el color en la última de las varias capas de yeso.
Marina, Jaume, Victor y Sandra
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